JAMA
Network Open. 2023;6(5):e2313162. doi:10.1001/jamanetworkopen.2023.13162
(Reprinted) May 12, 2023
La inducción electiva del trabajo de parto se define como la
inducción en ausencia de cualquier indicación médica.
Históricamente, se ha desaconsejado la inducción electiva
debido al mayor riesgo asociado de cesárea.
Sin embargo, esto no es una comparación apropiada, dado que
la conducta expectante no siempre (mas bien pocas en nuestro país) terminan en
un parto.
Se debe comparar
expectante incluyendo las inducciones más adelante a las 41 más las cesáreas.
El ARRIVE trials demostró que en realidad (con esta
corrección metodológica) que las tasa de cesáreas son menores con la inducción
electiva que con la conducta expectante, sin aumento de efectos adversos
neonatales.
Varios estudios post ARRIVE demostraron beneficios
neonatales.
Pero es verdad que la mayoría excluyeron pacientes con
elevado IMC.
Este estudio tuvo como objetivo investigar las complicaciones
relacionadas con el trabajo de parto después de la inducción electiva a las 39
s. en comparación con expectante e
incluyó mujeres nulíparas y multíparas, así como aquellas con IMC alto o
aquellos que se someten a una prueba de trabajo de parto después de una
cesárea.
Se trata de un enorme metanalisis de 14 grandes estudios con
más de 1, 6 millones de pacientes
La tasa de cesáreas es menor.
Las hemorragias y la necesidad de
cesárea de emergencia no fueron diferentes.
Menos fetos macrosómicos en el grupo de inducción y menos apgar bajo, sin diferencias en ingresos a CTI neonatal y distocias
Los resultados fueron similares cuando fueron estratificados por paridad. Paradójicamente (menos macrosomía) entre las mujeres nulíparas, la inducción electiva a las 39 fue asociada con una mayor probabilidad de distocia de hombros
Estos hallazgos sugieren que en comparación con manejo expectante, la inducción electiva del trabajo de parto a las 39 semanas de gestación se asocia con mejores resultados maternos neonatales como los estudios previo
Esto proporciona evidencia adicional que sugiere la seguridad de la inducción del trabajo de parto a las 39 semanas. Es importante destacar que estos resultados pueden ser aplicables a un campo obstétrico más amplio de población, dada la inclusión de mujeres tanto nulíparas como multíparas, individuos con un IMC mayores de 30, y mujeres en prueba de trabajo de parto después de una cesárea previa.