Nuestra hipótesis es que la inducción a las 39 semanas en
individuos de bajo riesgo con un parto por cesárea anterior está asociado con
mayores tasas de parto vaginal sin mayores resultados perinatales adversos en comparación con el manejo expectante hasta
los 42 semanas y 6 días.
Para este análisis, se incluyeron personas con embarazos de
vértex, de feto único y un parto por cesárea previo sin partos vaginales
adicionales.
Se excluyeron, anomalías fetales y anomalías genéticas,
diabetes pregestacional, diabetes gestacional, hipertensión crónica y eclampsia-
o causas permanentes de indicación de cesárea.
El primer objetivo de este estudio fue determinar la
asociación entre los resultados clínicos y la inducción a las 39 semanas de gestación versus el manejo
expectante a las 40 semanas de gestación y después en individuos con un parto
por cesárea previa. Se evaluaron resultados maternos y neonatales.
De 2016 a 2021, se incluyeron en el análisis primario un total de 198,797 personas con embarazos únicos de vértex y un parto por cesárea anterior. De estas personas, 25.915 (13,0%) se sometieron a inducción del trabajo de parto desde las 39 semanas 0 días hasta las 39 semanas 6 días y 172.882 (87,0%) estaban en la cohorte de manejo expectante con partos entre 40 semanas 0 días y 42 semanas 6 días.
Dentro del grupo de manejo expectante,
138.494 (80,1%) dieron a luz en la semana 40 de gestación, 32.306 (18,7%)
dieron a luz en la semana 41 de gestación y 2.082 (1,2%) dieron a luz en la
semana 42 de gestación.
La tasa de parto vaginal fue significativamente mayor en el
grupo de inducción del parto de 39 semanas en comparación con el grupo de
manejo expectante (38,0 % frente a 31,8 %; aRR 1,32; IC del 95 %: 1,28, 1,36)
La morbilidad materna compuesta se produjo en el 0,9% de las
personas tanto en el grupo de inducción como en el de manejo expectante (aRR
0,92; IC del 95%: 0,79 a 1,06). fueron relativamente bajos y no difirieron
significativamente entre los grupos.
En esta muestra grande y representativa a nivel nacional de pacientes con un parto por cesárea anterior, excluyendo comorbilidades médicas, la inducción electiva del parto a las 39 semanas se asoció con una probabilidad significativamente mayor de parto vaginal.
Específicamente, nuestros datos mostraron que, en comparación con el grupo de manejo expectante, el riesgo relativo de parto vaginal después de un parto por cesárea fue un 32% mayor en el grupo de inducción.
La inducción del parto a las 39 semanas no se asoció con un mayor riesgo de resultado compuesto de morbilidad materna. Las tasas generales de rotura uterina, histerectomía periparto, ingresos a unidades de cuidados intensivos y transfusiones fueron relativamente bajas y no difirieron entre los grupos de inducción y manejo expectante.
Estos hallazgos contradicen las conclusiones de numerosos estudios observacionales que han sugerido que la inducción del trabajo de parto en personas con un parto por cesárea anterior se asocia con un mayor riesgo de repetición del parto por cesárea, rotura uterina y morbilidad materna.
Sin embargo,
la gran mayoría de estos estudios compararon la inducción del parto con el
parto espontáneo, lo que es un error metodológico- inducción debe compararse con manejo expectante, que es la alternativa
clínica adecuada, (algunos de los expectantes terminarán en cesárea).
Nuestro estudio se suma de manera más completa y confiable
al creciente cuerpo de literatura que demuestra la seguridad general y los
beneficios potenciales de la inducción electiva del parto en pacientes de bajo
riesgo que intentan realizar una prueba de parto después de un parto por
cesárea.
Dadas las tasas relativamente altas de parto vaginal sin
daños significativos adicionales observados en el grupo de inducción del trabajo
de parto de 39 semanas, la induccion electiva puede plantearse como una opción
segura para la paciente adecuada.