La hemorragia fetomaterna (FMH) se caracteriza por la transferencia de sangre fetal a la circulación materna, que puede ocurrir antes del parto o durante el mismo.
La presentación clínica de la FMH suele ser sutil y puede no ser evidente de inmediato. El síntoma prenatal más común es la disminución del movimiento fetal, que debe hacer sospechar la existencia de FMH, especialmente si es persistente.[1-2]
En algunos casos, la FMH puede presentarse con un patrón de frecuencia cardíaca fetal sinusoidal en la monitorización fetal electrónica, que es un indicador específico pero no muy sensible de anemia fetal.[2-3]
La FMH grave puede provocar anemia fetal significativa, que puede dar lugar a hidropesía fetal, muerte fetal o muerte neonatal si no se reconoce y se trata de inmediato.[1][4]
Otros signos potenciales incluyen patrones anormales del flujo sanguíneo Doppler fetal, como el aumento de la velocidad sistólica máxima en la arteria cerebral media, indicativo de anemia fetal.[5]
a prueba de Kleihauer-Betke se puede utilizar para detectar glóbulos rojos fetales en la circulación materna, aunque tiene limitaciones en cuanto a sensibilidad y especificidad.[1][6]
En los casos en que se sospecha una FMH, una evaluación diagnóstica adicional puede incluir una muestra de sangre fetal y una evaluación por ecografía Doppler. Las estrategias de tratamiento pueden incluir una transfusión intrauterina para corregir la anemia fetal, y la decisión de realizar el parto depende de la edad gestacional y la gravedad de la afección.[1][7]
El reconocimiento y la intervención tempranos son cruciales para mejorar los resultados en los casos de
1.
2.
3.
Topping M, Lett C, Thorp L. Journal of Obstetrics and Gynaecology Canada : JOGC = Journal d'Obstetrique Et Gynecologie Du Canada : JOGC. 2019;41(11):1619-1622. doi:10.1016/j.jogc.2019.01.022.
4.
5.
No hay comentarios:
Publicar un comentario