Al término la Rotura de Membranas espontánea es un evento
fisiológico normal que ocurre aproximadamente el 10% de la población antes de
que comience el parto.
Se cree que la rotura de membranas antes del parto aumenta
el riesgo de infección y, por lo tanto, se recomienda la inducción del parto en
un intento de reducir dicho riesgo.
Sin embargo, existe controversia sobre si la inducción
reduce ese riesgo. Además, el riesgo de infección siempre está presente,
incluso cuando las membranas están intactas.
Una de las desventajas de la inducción rutinaria del parto
es que limita la posibilidad de que las mujeres y su bebé experimenten un parto
normal/fisiológico y sus beneficios a largo plazo.
Por lo tanto, el tratamiento de la rotura de membranas antes
del parto ha sido un tema de debate desde la década de 1960 y el péndulo ha
oscilado entre inducir el parto lo antes posible en un intento de reducir el
riesgo de infección o dar tiempo a las mujeres para que inicien el parto
espontáneamente en un intento de aumentar las posibilidades de tener un parto
fisiológico y reducir el riesgo de cesárea.
Pero una rotura de membranas ante parto con conducta
expectante conlleva más tactos vaginales, se sabe que los exámenes vaginales
están asociados con un mayor riesgo de corioamninionitis.
Uno de los primeros estudios que destacó esta cuestión fue
realizado por Schutte et al, que descubrieron que lo más significativo era el tiempo transcurrido
entre el primer examen vaginal y el nacimiento más que el tiempo entre la rotura
de membranas y el nacimiento.
Sin embargo, dado que los exámenes vaginales son un
procedimiento muy común en la práctica clínica, a menudo se pasan por alto y
sus efectos no se han investigado exhaustivamente en el contexto de la rotura
de membranas antes del parto.
El objetivo de esta revisión sistemática es identificar,
evaluar y sintetizar los resultados de estudios observacionales y ECA de las
últimas tres décadas que comparan el manejo activo versus expectante, que
incluyen la variable exámenes vaginales y que tuvieron como resultados
corioamnionitis y/o parto normal.
De la revisión se resalta
Que no hay estudios publicados (ECA u observacionales) que
hayan analizado el manejo expectante que contemple un enfoque de minimizar los
exámenes vaginales.
Pero que existe evidencia de que los exámenes vaginales son
uno de los correlacionadores más fuertes de la corioamnionitis, por lo que es
crucial realizar más estudios que encuentren formas de monitorear el progreso
del parto utilizando otros medios.
Reflexiones de Gynec On line
Es probable que la latencia del parto en Rotura de membranas
se asocie con mas corianmionitis por la variable tacto más que por el tiempo.
Es importante introducir la ecografía perineal como control
del trabajo de parto para reducir los tactos
En la rotura de membranas al término, la conducta expectante
un tiempo acotado, en un ámbito de restricción de tactos, es aceptable para
ofrecer a las pacientes, esperando un parto fisiológico que se produce la gran
mayoría de las veces en 24 hs siguientes.