viernes, 12 de abril de 2024

inducción del parto y obesidad

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Una alta tasa de óbito se observa en obesas embarazadas luego de las 39 semanas lo que lleva a que frecuentemente se indique inducción del parto a esa EG. Además de la alta tasa de HTA- Diabetes y macrosomía (con o sin diabetes).

La inducción de obesas a las 39 semanas tiene menor tasa de cesárea y menos morbilidad fetal - materna que la conducta expectante, siempre que la inducción sea a las 39 S y no a las 40-41.  

Pero la obesidad se asocia a fallo en la maduración cervical , los estudios muestran que se necesita dosis más altas de prostaglandinas para la maduración cervical, dosis más altas de oxitocina para la inducción , y más tiempo hasta el parto con y sin uso de oxitocina. Las dosis de oxitocina requerida son mayores que lo habitual . Una de las explicaciones es el efecto antagonista de la Leptina en el receptor de oxitocina. 

La incidencia de parto por cesárea  por fracaso de la Inducción o progreso del trabajo de parto podría reducirse considerando dosis acumulativas más altas de oxitocina para optimizar la actividad uterina .

 Dado que en esta población es más difícil monitorear la actividad uterina mediante tocodinamometría externa, (tenemos monitores especiales para obesas en HC)- se debe considerar un catéter de presión intrauterina una vez que se rompen las membranas.

Los catéteres de presión intrauterina, que permiten la medición objetiva de la fuerza y la frecuencia de las contracciones y permiten la titulación de la dosis de oxitocina utilizando unidades estandarizadas de Montevideo, permiten el uso seguro de dosis más altas de oxitocina, que pueden ser necesarias en personas con obesidad.

Es necesario estudiar en estudios prospectivos bien potentes si se pueden usar dosis más altas de agentes de maduración cervical, como las prostaglandinas, de manera segura en esta población.

También se recomienda asesorar a las personas con obesidad sobre los beneficios de recibir analgesia neuroaxial en las primeras etapas del trabajo de parto, ya que garantizar un bloqueo neuroaxial que funcione bien podría obviar la necesidad de anestesia general en caso de un parto por cesárea urgente.

Las personas con obesidad también tienen un mayor riesgo de fracaso de la analgesia neuroaxial, lo que requiere manipulación del catéter epidural, mayores dosis repetidas y mayores reemplazos.


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