Uruguay tiene una de las tasas de cesáreas más alta del
mundo- una de las principales indicaciones
erróneas son a- el trabajo de parto detenido- (cuando la paciente no ha entrado
aun en fase activa) y b- la falla de inducción, (cuando la mayoría de los casos
no se cumple con el criterio -- NO entrar en fase activa luego de 12 – 18 hs de
oxitocina y membranas rotas, o cuando no se realizó la necesaria maduración
cervical).
Esta revisión de las mejores 4 ICAs que valoran la rotura inicial (temprana) de membranas (luego de la maduración cervical) coincidiendo con el inicio de la inducción es muy concluyente.
La amniotomía temprana de rutina, poco después de la maduración
cervical en mujeres con gestaciones únicas y presentación cefálica a término,
no aumenta el riesgo de parto por cesárea y reduce el intervalo desde la
inducción hasta el parto.
(y por lo tanto los fracasos de inducción)
Una duración más corta del parto con inducción temprana se
asocia con beneficios perinatales y una mayor satisfacción materna.
Se han estudiado diferentes técnicas durante el parto para
mejorar los resultados obstétricos.
Por ejemplo, la recomendada interrupción de la infusión de
oxitocina después de alcanzar la fase activa del parto en aproximadamente 5 cm
reduce el riesgo de cesárea y taquisistolia uterina en comparación con la
infusión continua de oxitocina.
El uso de amniotomía temprana también se ha propuesto como
una técnica para reducir la duración del trabajo de parto, pero han surgido
preocupaciones con respecto al mayor riesgo de cesárea y parto.
Esta revisión mostró que, si este procedimiento se aplica en
mujeres después de que se sometieron a la maduración cervical, no hubo un mayor
riesgo de cesárea y parto y se acortó el intervalo desde la inducción hasta el
parto.
En nuestra práctica, con esta conducta es poco frecuente la
necesidad de segundo día, y el fracaso de
inducción como indicación de cesárea se reduce al mínimo
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