Review
Vulvovaginal Candidiasis: A Current Understanding and Burning Questions
Hubertine M.
J. Fungi 2020, 6, 27; doi:10.3390/jof6010027
Cándida albicans forma parte de la microbiota normal de
muchas mujeres. El crecimiento exuberante causa inflamación de la mucosa
vaginal.
Los síntomas comunes de la enfermedad incluyen picazón
vaginal, ardor, dolor y enrojecimiento. A menudo, estos se acompañan de una
secreción vaginal que consiste en epitelio desprendido, células inmunes,
levadura y fluido vaginal.
Afecta al 75% de las mujeres en algún momento. La infección
recurrente son 3 episodios por año y afecta al 8% de las mujeres. La
recurrencia se asocia a una mala respuesta a los azoles, o a la presencia de factores de riesgo - uso de antibióticos,
actividad sexual, alto contenido de estrógenos anticonceptivos orales,
embarazo, y diabetes mellitus.
El 90% son causadas por albicans, el resto por s, C.
glabrata más comunmente o C. krusei, C.parapsilosis, o C. tropicalis. La Cándida no albicans se asocia a
resistencia y recurrencia.
En recurrencias después de tratamientos prolongados con
azoles se recomienda tratamiento con ácido bórico local para el clearence de la
cándida.
El uso empírico del flujo que incluyen antifúngicos en óvulos contribuye a la
selección de cepas resistentes.
C. albicans es
polimórfico, adoptando dos formas morfológicas principales: el de levadura
ovoide e hifa alargada. Desde hace mucho tiempo se observa que la capacidad de
transición entre estas morfologías está
el atributo de virulencia principal de C. albicans, ya que las cepas que no pueden hacer este cambio están severamente atenuados en
patogenicidad o colonización.
Disbiosis y
vulvovaginitis a cándida
Aunque Lactobacillus permaneció dominante a nivel de género
(lactobacilos), se observan tasas
reducidas y especies alteradas (L.
crispatus progresivamente reemplazado por L. iners) durante diferentes estados de esta enfermedad.
Sin embargo, el papel protector de Lactobacillus spp. contra
Candida spp. ha sido cuestionado, ya que las altas densidades de lactobacilos a
menudo acompañan a Candida en la vagina durante la vaginitis activa.
Otros estudios clínicos no han podido proporcionar evidencia
de una microbiota vaginal alterada o anormal en mujeres que sufren de vaginitis
por Candida, a pesar del mantenimiento de la abundancia de Lactobacillus.
A pesar del efecto poco claro de Lacotbacillus in vivo, la
mayoría de los estudios in vitro y en animales han revelado que Lactobacillus
spp. ejerce un efecto inhibidor sobre el crecimiento, la transición morfológica
y de virulencia así como la formación de biopelículas de C. albican.
TRATAMIENTO
Los azoles son la clase más común de medicamentos
antimicóticos que se usan para tratar la candidiasis vaginal debido a su buena
biodisponibilidad, eficacia antifúngica y seguridad relativa.
Los tratamientos más comunes con azoles son: crema tópica de
clotrimazol al 1% -4% para uso diario entre 1 a 7 días, crema de miconazol al
2% al 4% durante 3 a 7 días o supositorio de 100 a 1000 mg durante 1 a 7 días ,
pomada intravaginal de tioconazol al 6,5% en una sola aplicación- Fluconazol 150 mg oral monodosis etc. La
enfermedad recurrente o persistente requiere tratamientos más prolongados.
En el caso de que se detecte resistencia se necesitarán
terapias menos convencionales que incluyen supositorios de ácido bórico y están
indicadas las cremas que contienen nistatina, anfotericina B o flucitosina
La vaginitis por cándida es una enfermedad complicada, cuyos
síntomas se rigen por la intersección de la fisiología del huésped, la biología
fúngica y la respuesta inmunológica.
La Vulvovaginitis micótica es una patología aun poco
comprendida, en creciente aparición y de difícil tratamiento en el caso de las
recurrencias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario